Resuenas entre mis pensamientos como notas irreales de un
sueño que en esta vida no podré cumplir, y sin embargo, sigues siendo musa,
sigues siendo amigo, compañero, sigues alentando mis palabras, sigues velando
mis sueños.
Es que fuimos hechos de polvo de estrellas, de partículas pequeñas
teñidas de sangre, rabia, dolor y desesperanza, y aun así seguimos, resistimos,
nos hicimos camino y encontramos un rumbo , solo que en esta vida no podemos
estar juntos.
La noche me trae la cadencia de una sentencia delicadamente
susurrada por tus labios, en el reconfortante frescor del sur que me recuerda
tu nombre, una tormenta en los límites de la noche, años luz entre tu mi
estrella, yo un astrónomo doméstico.
Tu mano me acaricia el cabello por las noches para que concilie
el sueño; tácito y disonante, altivo e
inseguro, mezquino pero tremendamente cálido; como esos recuerdo que cual Proustiana
magdalena reconfortan el alma.
Eres tuyo, eres del universo, astro brillante que ilumina mi oscuridad,
eres del arte, eres para el arte y sobre todo ere por el arte, y mientras desvió
mi rutina para convertirte en letra, en trazo, en melodía que no se cantar e imágenes
que jamás veras, sobre llevo el hastió de vivir un días más en el exilio.
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