Te amo aun cuando pensé que mi pasado no me dejaría amar de nuevo

Te amo aun cuando pensé que mi pasado no me dejaría amar de nuevo,
pero te amo,
porque me enseñaste a amar mis errores
y a fortalecerme en la comprensión
que encuentro entre tus brazos.

Repetiría cada obstáculo,
cada dolor,
cada contratiempo,
si mi destino fuera siempre llegar a este presente
 a tu lado.

Gracias por tanto amor
a pesar que yo solo traía dolor para ofrecerte,
a pesar que las pesadillas me despertaran
sudada agitada y angustiada por las noches
 recordándome que el pasado no es algo que superamos fácilmente,
a mi pesar
a tu pesar,
a pesar de los que fueron
y hoy solo una parte del camino.

Te amo, y me gusta decírtelo,
gritarlo en voz alta, demostrártelo,
porque tengo miedo,
miedo que mañana ya no estés,
 que las horas no me basten,
que mis palabras se acaben,
que el dolor vuelva.

Sé que no estamos exentos de equivocarnos,
que no debemos vivir asfixiados por los temores,
pero solo por hoy quédate a mi lado
hasta que pueda procesar
lo que nos está pasando.

Gracias por sonreír,
por callar cuando es debido,
cuando mi furia lo sugiere  
y revelarte en el justo momento
en que el sonido de tu vos
es lo único que necesito;
por regalarme el asilo que no sabía existía,
ese donde el arrullo de tu corazón
calma mis aguas,
y lo ajustado de tus brazos
me sabe a nido;
a mi nación,
el país donde mi lucha
encuentra descanso.

Te amo todos los días,
en la simpleza burda de lo cotidiano,
ahí donde otros encontraron su fin,
y nosotros comenzamos a diario,
con el centelleo adolescente
de las miradas compartidas,
la serenidad y la certitud de nuestros cuerpo,
el amor que se construyó
desde las ruinas mutuas
y se levanta como un magnífico castillo
donde refugiarnos.

Gracias por mirarme
cuando yo solo veía,
gracias por escucharme
cuando callaba,
por exigirme sentir cuando
solo quería dejar de hacerlo,
por ser general
en la lucha contra mis demonios,
por compartir mi cama
y el amor por los gatos,
por leerme cuando estoy cansada,
por prohibirme dormir con la tele prendida
y arrullarme con jazz.

Te amo,
por lo que me haces ser
cuando estoy a tu lado,
 auténticamente yo,
sin estereotipos,
sin juzgamientos,
sin nomenclaturas,
fiel a las letras con las que te dibujo en cada escrito
y amorosa como las palabras que sabes no saldrán de mi boca
al menos que las lee de otro poeta.

Gracias por leer, por leerme,
por re definir mis límites,
por  empujarme a ser, a
 dejarme ser,
por amar y amarme,
por las peleas que resolveremos
y las alegrías que compartiremos,
porque el futuro ya no me molesta,
cuando en presente
somos dos
sobre llevando las tormentas.