lunes, 1 de abril de 2019

a pesar de la lluvia


Mi cuerpo se revuelve entre estas sabanas, sanadoras que compartimos, el cansancio aun enviste con su cotidiano mal humor, el bajo resonante de tu corazón y tu bufido, acompasan la lluvia que tímidamente retumba sobre el tejado, el otoño se reconstruye lentamente, desde la hoguera inescrupulosa que la noche anterior le regalamos, el sur quiere que me dejes, aun cuando ambos no queremos separarnos. El lunes se hace inminente, no quiero alejarme de la cálida caricia de tu piel abrazando mi cuerpo desnudo, pero el deber es un jefe estricto y nada compasivo, trato de no turbar tu descanso, apacible y despiadadamente hermoso; retengo la respiración y guardo esta imagen, perturbadoramente  embriagadora, que retendré el resto del día para continuar.
La tetera silva, mi mate es un hecho que me distancia más de la cama, de tu cuerpo que aun yace en ella de la noche anterior, acercándome a las demandas del trabajo y la lluvia que solo me recuerda a ti en cada gota. El café borbotea, el aroma me arropa;huele a ti; la nota sobre la mesa es solo una recado provisorio que mis labios te guardan, mientras el día arranca a regaña dientes mientras tu aun somnoliento empiezas a percibir la distancia que es un hecho, la cama que es un océano cuando no estamos juntos, y cuando el hastió me acedia por la lejanía, el teléfono suena, leo cada palabra como si me las dijeras susurradas, y la respiración se vuelve suspiro y el pronto reencuentro una certeza que ilumina la mañana a pesar de la lluvia.

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