miércoles, 3 de abril de 2019

reencontrar lo que crei perdido


Pensé que las palabras eran todo lo que me quedaba, que el dejo de sensualidad que me envolvía se había ido, detrás de él, ahuyentado por los kilos de más y el decreciente tablero que mi poco cuidado autoestima guardaba.

Creí que, soportar era la única manera; hicieron mella en mi subconsciente las sentencias que de todos escuche, y a las que me aferraba aun en el dolor, aun en lo profundo del abismo, ahí donde en las noches lloraba en silencio compartiendo una cama pero no una vida, ahí donde se incrementaba la rabia por no poder disfrutar de la simpleza de la cotidianidad, de la poesía, de lo que la etimología encierra en mis propias letras.

Me deshice, me reconstruí para ser lo que nunca fui, para agradar y callar, para sufrir pero no mostrar, para convertir a esto que me permite respirar en un infructuoso Hobby que nadie entiende.

Callé, lloré, sufrí, me lastimé, una y otra vez, en franco martirio por tratar de encajar, por tratar en mi detrimento de hacer feliz a alguien más, de confinarme a esa celda, a la jaula donde me exhibían como una extraño ejemplar, al cual le habían perdido el cariño, pero aun así lo exhibían por que la plebe lo alagaba.

Con alas rotas de mirlo, entendí a la larga la canción de los Beatles, y los acordes de guitarra me guiaron, seguí culpándome por todo, por haberles permitido y haberme permitido llegar ahí, creí que me lo merecía por haberme equivocado, por dejarme seducir por el confort, inconforme de lo que “debe ser “.

Hoy veo el pasado, y aun me duelo, a un me lloro, aun me siento, pero reconstruí mi torre, hice las paces conmigo, deje que el pájaro volara , migrara, entendiera, se sanara. Utilice cada lagrima como un escalón para salir del abismo, vi a la bestia a los ojos y le perdí el miedo, no silencie nunca mas por ser políticamente correcta ni una letra, y al final cuando las cosas tomaron forma, entendí que no lo había perdido, aun debajo de los pliegues, de las estrías, de  esta corporalidad, seguí exudando aquello que mis palabras escritas nunca dejaron que perdiera.

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