lunes, 9 de febrero de 2015

Mirar los recuerdos encontrar las respeustas y suspirar

A veces parece que  basta mirar para atrás
a la madrugada pasada, a la cama desecha
y las sabanas en el suelo,
a tu cuerpo tendido sobre el mio exhausto de tanto amar,
para sonreír y alejar la tristeza del tedio y la rutina.

La verdad es que nada se iguala a tu boca
pecadora que pronuncia mi nombre en el recuerdo
a tus brazos rodeando mi cintura
y tus manos vagabundeando por mi cuerpo
a esos encuentros clandestinos que supimos guardar para nosotros
en la vorágine cotidiana que se traga los sueños.

No quiero solo revivir los encuentros sino vivirlos a diario
quiero que seas el único que desvele mis lunas
el cobijo indiscutible de mis noches de insomnio
el protector de mis sueños contra las pesadilla
el que discreto se guarde lo que digo dormida
Y despierte a mi lado a pesar de mi mal humor por las mañanas.

A caso la distancia prefiera esta escena
ambos a lo lejos aguantado la espera
rememorando instantes infinitos
devolviendo la emoción a todo lo que pensé perdido?

La suplica se extiende hasta tus australes costas
remontando con la respuesta feliz de esperanza
que tipean tus manos rotas
para conseguir el suspiro necesario que alimenta el amor
de quienes se siguen amando 

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