lunes, 10 de agosto de 2020

 

Supongo que no estaba tan lejos, que las letras de esta virtualidad compartida no son las únicas que afloran en mí.

He pausado una carta llena de dolor, he vuelto a escribir con tinta sobre una anacrónica página con renglones marcados como los de la infancia, he vuelto a llorar en silencio con lágrimas de letras, que transformado en color mis dolores, he sonreído sin querer, he escondido mis agonías y aun así no te escucho llegar. Anoche estire mi mano en un sueño como para acariciar tu rostro y no pude, como si estuvieras prohibido para mí, como si este ser monocromático y doliente que se acuna como un insensible ser por fuera que guarda y acumula sus dolores no fuera digno de ti, y sin embargo yo solo necesito un esbozo de sonrisa, una media palabra dicha entre dientes, la certeza de saber que tú me sabes , esa doliente mirada que todo lo ve, pero todo lo calla, el dejo azulino con tintes de fruta y ritmo de balad pop, que mitiga ese hastió, que aun si todo es azul me dibuja una sonrisa con sabor a arándanos, con aroma a magnolias y atardeceres purpuras. Sé que mis manos jamás llegaran a ti, que mis letras no te merecen, que mis dolores solo yo los puedo curar, pero aun así , a las noches cuando sueño tu rostro reconforta la tortura que es vivir cada dia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario