lunes, 28 de mayo de 2018

Palabras mágicas


Es el dejo esmerilado de Rio que se escabulle desde mis oídos, y recorre mi cuerpo rememorando el mar, rememorando el amor, rememorando el embrujo sonoro que desde los labios orientales y norteños retumba en mi memoria emotiva regalándome alas rítmicas acompasadas a la felicidad que mis letras encontraron en aquel tiempo.
La melancolía casi extinta, aromada a húmeda bruma que baja de los morros, al sol poniéndose y el viento susurrándome poesías; mis manos libres sobre las hojas que  retenidas por un tiempo anterior y doloroso se añejaron para explotar mejoradas en verborrea compulsiva frente al atlántico que las acunaba en su vaivén.
Carioca es el ritmo, la dicción me representa y mi pasado parece concordar con el suyo, la sonrisa se comparte, la prosa brota y el sentimiento sintetizado en canciones se convierte en quimera, en esta conversación incongruente entre mis manos y su música; una amistad que no conoce de personas y se convierte en personajes, cuando sus acordes de guitarra suavizan mi áspera realidad y en oasis  lingüístico me escapo ha escribir  poesías.

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