Aun después de 17 años, extraño los jueves de 7:15 a 8:45 ,
las charlas cuando nadie más atendía. El
miedo inapropiado por “la culpa” judeocristiana que me embargaba; tu
indignación ante la misma, que hoy compartimos en tiempos distintos.
Gracias por enseñarme a no juzgar, a atreverme a explorar el
mundo; que siempre en mí empieza por las letras ; a por luchar por mi la libertad,
esta mi libertad que a veces aun después de tanto, dejo que la repriman los
mismos, o de vez en cuando otros.
Gracias por hacerme joven cuando tenía el alma vieja; cuando
la poesía melosa, pomposa y sobresaturada de rima ocultaba mis deseos y tras idiotas eufemismos no decía las cosas
como son
Gracias por prohibirme que rime, por presentarme a la prosa,
por hacerme sentir
Gracias por esos 90 minutos en los que entre riñas
maritales, narcisitas, discusiones sobre la teoría del juego y no se que menos
literatura que nos rodeaba, me enseñaste que mi locura estaba bien, que podía decir
lo primero que me saliera de la boca sin que me mal interpretaras
Porque me leíste entre líneas como a mi poesía desde el
comienzo
Y hoy solo trato de devolverle a mis alumnos un poco de eso,
Costo, aun es una historia en progreso, aun no he mandado
todo a la mierda, pero de apoco..
Para que te quedes tranquilo no me agarro un viejo 20 años
mayor y vampirescamente me robo mi juventud, esos nunca fueron mis gustos …
Aun después de 17 años cuando tu nombre sale a la luz
en alguna conversación me preguntan si estaba enamorada; y mi respuesta es SI,
no de vos, ni de él, yo soy y seré siempre como un poeta del romanticismo,
eternamente enamorada del amor; gracias por ayudarme a sacarlo afuera con orgullo
a gritar quien soy sin miedo, a enseñarme que el camino del arte de la
sensibilidad, a que llorar no me hace hace menos fuerte… y perdón por no publicar más , la
autocritica aun es Edipica (sigue siendo Edipico y de Electra, se que lo vas a entender) en mi.
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