miércoles, 8 de enero de 2020

a pesar de la distancia.


Dame una señal para que te siga escribiendo poesías
Para no detener el devenir tempestuosos de mis manos
Que cual caballo desbocado va en tu búsqueda
En la simpleza brutal de compartir una mirada
En las música sutil de un susurro arrullado en el viento
En la cálida nación que unos brazos conjugan en un abrazo
Tu y yo aunque nadie lo crea
Aunque todo parezca estar en nuestra contra
y las distancias gélidas desmotiven el candor de aquel beso.

Dame una señal, nada majestuosa
Solo un guiño sutil a este nuestro presente
Que se nutre de aquellos sueños que supimos construirnos
Lléname el alma de juventud, de amor y esperanza
Regálame una sonrisa esquiva y tu mano tendida
Haz solo un esfuerzo más, yo sigo aquí
Mis letras no te han abandonado, aun eres el héroe de todas mis novelas
Aun eres el ángel caído a quien ayude a redimirse
Aun eres mi oasis, mi silencio, mi morada,
el comienzo sintetizado en el Alphe
 y la infinita inmortalidad que el arte nos  regala .

No me niegues más esas caminatas
Esas charlas repletas de canciones propias y prestadas
De tantos libros y poesías
Del dolor convertido en talismán, y el amor reflejándome en tus ojos
Solo necesito un suspiro, una caricia de la brisa que me recuerde tu cadencia
El sonido del mar, la majestuosa obra maestra de la naturaleza albergada en tu corazón
Ambos corazas, ambos corazón, ambos de nadie y del mundo
Ambos aislados y en compañía
El escape feliz entre las sabanas que compartimos a pesar de la distancia.

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