viernes, 25 de enero de 2013

El diario de los cuentos


Supongo que esta no es una de las cosas mas habituales que el ser humano hace por necesidad, aunque pensándolo bien no solamente es parte de nuestra evolución sino parte de ese yugo que llevamos al ser una especie social que necesita comunicarse de alguna manera, para no terminar estallando en balas contra desconocidos en una colegio u organizando formas de asesinar a alguien; tal vez no sea muy sano admitir que han pasado esas cosas por mi cabeza los psicólogos y psiquiatras dirán que la capacidad de encarrilar esas fantasías y no llevarlas a la practica son las que nos separan de los psicópatas, puede ser y puede que no o simplemente lo mio sea algo así como lo que el Marques de Saden así cuando escribí, mescla de prensa amarillista con periodismo de investigación de la psiquis y los bajos instintos humanos; lo que si se es que la necesidad de escribir llega a veces a ser patológica, mi cabeza me habla mientras trato de llevar adelante mi vida diaria, narrándome párrafos de alguna historia que tendría que estar escrita pero en ese momento no puede mas que desviar mi atención y tensionar las relaciones personales con el entorno que no entiende que el proceso creativo no tiene horario, no pide turno y mucho menos es para arrinconarlo entre las cuerda de mi insomnio y mis momentos libres, como ciertas personas quieren que sea. Sigo afirmando que las mejores cosas que he escrito se perdieron por que en ese momento estaba haciendo lo que debía y no lo que quería, peor en fin no me atormenta tanto por que sé que mi cerebro que tiene una intrincada y poco convencional forma de funcionar lo tiene guardado en algún lugar y saldrá tarde o temprano por mis manos directo para convertirse en 1 y 0.
Y es así, porque de otra forma no pudo ser, que fugándome un rato a mi autístico mundo autoimpuesto a mi exilio alegre y lejano en mi misma que decidí empezar a escribirles sobre las cosas que van sucediendo, esto será una especie de diario amortizado en la ficción y lleno de la ambigüedad con la que los tengo acostumbrados, así ni ustedes ni yo sobremos si aquello paso, fue una interpretación sectaria y parcial de la realidad o simplemente parte de esa irrealidad que muchas veces para mi es mas real que lo que mi entorno me recuerda es real.

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