Te vi una vez más en mis sueños, atravez de la neblina densa de la desason, el desdén y el engaño ; la misma que creó para mi el pasado, esas defensas burladas, esa guardia baja, ese golpe a traicion que aún duele como maldición que se desparrama por mi cuerpo ignorando tu llamada. Tus ojos brillan, dulcemente amargos como café, azúcar, chocolate negro, como el barniz añejo de mi amigo que suena para entivier mi nostalgia, a ritmo de poetas que supieron transgredir la palabra y volverse acorde, sinfonía, simple nota. Se que estas ahí, mi corazón te presiente, escucho tu voz leyendome algún libro, tu abrazo sanador y redentor, tus labios agridulces y picantes. Quisiera conocer tu rostro las sombras lo guardan cada noche, como si el castigo de los dioses fuera sabernos pero no encontrarnos, como si tu rostro estuviera prohibido, como si mi corazón se te hubiera negado. Acaso cada noche que entre lágrimas, sudando frío y agitada, me despierto en la inmensidad de esta cama vacía, no es mas que la venganza sublime del destino, este que tejieron las parcas en que nuestras redes no se cruzan aún que nuestros corazones así lo quieran y en la lucha contra todo lo previsto, seguimos tratando de encontrar la manera de ser algo más que un virtual suspiro.
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