Volviste a sonar, como profujo tresillo de corcheas que dibujando el baile de tus manos sobre mi piel rememora algún sueño donde nos conocimos.
Azulado, mágico y distante, susurras junto a mi almohada palabras que robadas de alguna Quimera terminará expirando como carácter binario sobre esta hoja blanca.
El aroma retenido, acunado, como cálida lumbre que se extingue en la hoguera, como abrazo pausado infinitas veces y releído tantas otras, en que el aire escaso de tu esencia me salvo del hastió.
Dulcemente Amargo como la vida, extrañamente sincero como mi poesía, locamente único como las mejores cosas del día a día, así te presiento, así te intuyo, cuando de una siesta vencida por el tedio de la monotonía, apareces para tatuar una esperanza que pensé perdida.
Azulado, mágico y distante, susurras junto a mi almohada palabras que robadas de alguna Quimera terminará expirando como carácter binario sobre esta hoja blanca.
El aroma retenido, acunado, como cálida lumbre que se extingue en la hoguera, como abrazo pausado infinitas veces y releído tantas otras, en que el aire escaso de tu esencia me salvo del hastió.
Dulcemente Amargo como la vida, extrañamente sincero como mi poesía, locamente único como las mejores cosas del día a día, así te presiento, así te intuyo, cuando de una siesta vencida por el tedio de la monotonía, apareces para tatuar una esperanza que pensé perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario