En el silencio insistente de la noche
Atravesando la ciénaga siniestra de mi yermo
Tentada por la pavura
de lo inverosímil
En la comarca donde
la nada cobra sentido
Irradiada en la profundidad del reflejo de tu alma
Sustentada por el vaho delirante que linda con los sueños
Invisible al mundano, prístina amante de Morfeo
Esclava invariable de tu encanto, resisto a Cronos
Con el ultimo aliento desvencijado con el que escriben mis
manos.
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