martes, 17 de marzo de 2015

Clave de sol todo junto




La clave de Sol
No era un noche común, al  contrario era de esas noches poco comunes que acontecen escasamente al pasar los años, la luna resplandecía llena por segunda vez en el mes, ellos llevaban tiempo sin verse, la reunión se había fijado en un lugar particularmente familiar para ambos, lugar que guardaba su secreto a voces, y el porqué de todo aquello.
Ella llego unos minutos adelantada, saludo a todo el personal, por supuesto ya la conocían, se acercó, el dueño un señor bajito y calvo de mediana edad que solía sonreírle cálidamente, la acompaño a la terraza, se podía ver el río desde allí y parte de la ciudad, la banda se preparaba para empezar a tocar, el alago por el  broche que lleva puesto despacho rápidamente con una media sonrisa pasando inconscientemente sus  dedos sobre el mismo.
Los músicos empezaron a tocar unas cuantas canciones conocidas todas en su distintivo color azul, la guitarra le traía recuerdos de otras noches, otras lunas, de otros momentos menos tristes y viceversa,  pero siempre el mismo lugar; el saxofón en cierto momento hizo que soltara una lagrima, le pareció estar reviviendo un mal sueño que no era digno de recordar.
Un mozo se acercó, ya sabía que tenía que traerle, ella esbozo con dificultad una sonrisa de agradecimiento, él le entrego una nota, ella la miro de reojo y levanto una ceja, pensando que nada cambiaba con el paso del tiempo.
La banda seguía manteniendo los acordes, esos que desangran por dentro al abrir heridas del pasados, con lágrimas retenidas sucumbió al recuerdo, a la desazón, a la solo para el dejavu se hiciera nítida vivencia.
-Te prometo volver pronto, son solo unos meses.
-Si, no te preocupes por mi,...... este lugar es nuevo?
-Creo que si, sabía que el Blues te gustaba y alguien me lo recomendó, hay una banda que toca en vivo, ahh si mira ahí están preparándose, quieres sentarte en la terraza ?
-Si, claro... que linda vista... que hermosa la luna
-Una luna llena siempre se ve así, siéntate aquí. Que quieres tomar?
-Ya sabes no preguntes...mira hay un piano..será que
-No no ...sabes que no
-Pero solo esta vez
-Veremos más tarde.....

Algo la volvió en sí, una mano en el hombro , era el mozo, solo para advertirle que había llamado de nuevo a confirmar el atraso, ella sabía que era para confirma si ella estaba, tenía el amargo presentimiento que no vendría, me hubiera llamado a mi pensó, paso su mano por encima del broche, suspiro profundamente y bebió del vaso que tenía enfrente, la banda seguía desgarrándola por dentro, hasta que el cantante advirtió al público que ellos descansarían y que cualquiera podía subir al escenario, "noche de aficionados" subrayo; ella tomo eso como la ocasión de ir al baño, no tenía ganas de escuchar a nadie más, ni de lidiar con lo que esperaba inminente.
Se miró en el espejo, buscando las fuerzas para irse antes que las cosas se le salieran de control, salió del baño convencida que pagaría su cuenta y se iría, pero no pudo, escucho esa música, la misma, sonando, camino rápido hacia la terraza, había un hombre sentado al piano de espaldas al público, tenía la cabeza rapada, las mangas de la camisa remangadas, un pantalón con tiradores, pero no fue hasta que pudo ver bien el tatuaje en el cuello, que por fin se convenció que era él; se sentó en su mesa a mirarlo mientras tocaba y el deja vu volvió.
-Tengo un regalo para ti
-Un regalo de despedida, que trágico
-No me hagas reír, mira...levanta mi cabello ...era por eso que lo deje crecer.
-Un tatuaje? es muy lindo pero esta escondido... y eso es  mi regalo?
-No, Toma....
La música seso y ella escucho una voz conocida que la nombraba, abrió los ojos y lo vio, después de todo ese tiempo, después de todo lo que había pasado.
-No pensé que vendrías, ...que bonito broche, quien habrá tenido tan buen gusto en comprarlo.
Ella simplemente sonrió, le dio un beso en la mejilla y dejo que le explicara todo, que hablara, mientras la banda seguía agónica en mi menor sonando de fondo.
-Blue Moon, blues, vos y yo, mi tatuaje sigue aquí y el broche lo llevas puesto.... parece que el tiempo nunca paso.
-Para vos tal vez pero para mí sí, las cosas cambiaron, tu tatuaje sigue así, pero yo puedo dejar esta "clave de sol" sobre la mesa e irme.
-Lo harías? le dijo con su soberbia habitual de creerse el único ser importante para ella en la faz de la tierra
-Sí, pero la noche está de más agradable para arruinármela, miro sin querer hacia el escenario, el volteo la cabeza y ella rectifico la mirada- Esas  son  cosas tuyas, desaparecer  y volver pensando que nada paso. Le dijo con más resignación que amargura, y su cara reflejaba los fantasmas que alguna vez curo sentada en esa misma silla.
De repente el guitarrista de la banda bajo del escenario y se acercó a la mesa, se presentó, dijo que había escuchado mucho sobre él , tomo la mano de ella y fue entonces cuando el vio en el antebrazo una partitura tatuada, en  bemol ; entendió por fin todo.
Ella se levantó, desprendió el broche y lo dejo sobre la mesa, luego de darle un beso en la mejilla y susúrrale al oído – No todo es para siempre.

Y con la "clave de sol" sobre la mesa viendo como ella se alejaba sin mirar para atrás, por fin entendió como se siente ser parte de una canción del blues.

Ella solía ir a aquel lugar todas las semanas, buscando consuelo en los recuerdos que la terraza podía ofrecerle, la vista y la música, la brisa, cualquier cosas que lo acercara de nuevo a ella, se hizo rutina desde que se fue; no hablaba con nadie más que con uno de los mozos, llegaba siempre a la misma hora, escuchaba a la banda, miraba el paisaje, comía de vez en cuando algo y su mirada parresia siempre perdida sobre el piano.
-Sabes tocar; la interrumpió un día un muchacho, llevaba un estuche de guitarra en la mano, en ambos brazos tenia tatuados pentagramas, pero sin ninguna nota en ellos, llevaba el cabello negro muy corto y sus ojos oscuros se perdían en la noche.
-Te conozco, respondió ella casi despectivamente, mientras lo miraba colocar sobre su mesa el estuche, y arrastras una silla de la mesa de a lado, la dio vuelta y se sentó a horcajadas mirándola.
-Creería que sí, vienes todas las semanas, te sientas en el mismo lugar, no dejas de ver el piano y parece que tienes una buena historia que contar.
Ella lo miro de arriba abajo, llevaba puestos unos Jeans gastados y rotos una remera vieja de una concierto y unas All Stard  y le dijo- Perdón pero no hablo con desconocidos
El escondió su sonrisa gesticulo , movió la cabeza  para responderle
-Yo diría que me conoces, toco en la banda soy el guitarrista, dijo golpeando el estuche, veo que sueles mover los dedos sobre la mesa cuando toco los solos, tocas el piano? podrías hacerlo nuestro tecla dista está de vacaciones
-Realmente ni sabía que tocabas en la banda, creo que es la primera vez que te veo, no me gusta hablar con extraños y no,  no me gustaría, no toco desde hace más de un año.
-Uhhhhhh mmmmmm, respiro profundo suspiro, se levantó y tomo su guitarra y caminando al escenario le dijo -No lo olvidaras, ni sanaras tus heridas solo escuchándonos  créeme conozco esa mirada... tocar es la única forma de sanarte.
Ella quiso reaccionar pero no pudo, el no solo la había encontrado con la guardia baja, sino que tenía toda la razón, pero no  podía permitírselo, pasó sus dedos sobre el broche y con un gesto hizo que el mozo le traiga otra botella.
El lugar empezó a llenarse como de costumbre, evito mirarlo en toda la noche, la banda toco casi dos horas hasta que cuando el vocalista anuncio el descanso dio un aviso- Mientras la banda descansa, re inauguramos después de meses la noche de aficionados, con la señorita de la mesa 13
Se sorprendió  levanto la vista y lo vio enfrente a ella-Te prometo no dejarte sola pasar por esto, pero hazme caso y te sentirás mucho mejor.

No supo por que él hacía eso, pero no se pudo negar todos aplaudían, la acompaño hasta el piano, abrió la tapa y mientras ella acariciaba las teclas del mismo acerco un micrófono y su guitarra.
-Cómo te llamas dijo tapando el micrófono.
-Azul, me llamo Azul
Él sonrió,- que propio, destapo el micrófono y anuncio que la señorita azul tocaría...
-Un popurrí de blues dijo ella, él se sorprendió, se dirijo a el - sígueme ya sé que las conoces.
Tocaron por más de una hora, ella lagrimeaba en ciertos pasajes, él traba de tapar los baches en que se secaba las lágrimas.
-Gracias, no lo hubiera hecho si no fuera por ti , cómo te llamas
-Miles, la cara de ella reflejaba la obviedad de aquel nombre como la de casi todos cuando lo conocían por primera vez- si ya lo sé mi padre era muy fanático
-Gracias de nuevo Miles, enserio me siento mejor, ella se dio vueltas como para que él no la viera llorar, y empezó a alejarse.
-Azul dijo el mientras le toma de la muñeca
Ella se detuvo y se dio vuelta
-No hace falta que me cuentes nada, hasta podría quedarme callado, pero me acompañarías a comer algo mientras el resto sube de nuevo a tocar.
-No me puedo negar dijo ella tratando de sonreír con esfuerzo
-No  así no, prefiero verte blue, eres más tú

"Tengo algo para ti" decía el mensaje, él se sorprendió no esperaba que ella le escribiera un mensaje de esa forma, le respondió que se verían esa misma noche en el lugar de siempre, y que el piano estaba libre si quería subir.
"Ni lo dudes, es parte del regalo”, él quería saber más sobre ella, pero era hermética,  llevaban comiendo juntos más de dos meses, él se sentaba a la hora de su descanso en la mesa 13 y ella simplemente se quedaba callada, escuchándolo hablar de música  de libros, de viajes de política  de vez en cuando asentía o simplemente discordaba, pero después de un "no me parece tan así  pero cada uno tiene sus gustos" volvía a callarse, raramente miraba el piano, si no era cuando subía a tocarlo, él podía sentirla mirándolo  mientras sus manos se deslizaban entre las cuerdas de la guitarra, creyó que podía enamorarse, pensó que tal vez ella también podría, pero tenía miedo, parecía que la historia que la había vuelto así  era complicada, y muy dolorosa, y él no quería salir lastimado.
-Llegas temprano, le dijo mientras entraba a la terraza
-Tú eres el que llego temprano, sueles llegar con el resto cerca de las 20:00hs
-Mmmm conoces bien mi horario, pensé que no le ponías atención a la gente que no conocías.
-Ya nos conocemos o no? pregunto ella mientras bajaba su cartera y una carpeta sobre la mesa numero 13
-Puedo jurar que te he contado más cosas a ti que a cualquier otra persona que conozca  pero pareces psicoanalista, casi no dices nada solo escuchas, y yo siento que no se anda de ti.
Ella se acercó y le dio un beso en la mejilla y luego le susurró al oído- Eso también es parte de tu regalo.
Un escalofrió le recorrió el cuerpo, no sabía que pensar, como reaccionar, se quedó petrificado, solo la voz del mozo lo saco de su estado.
-Interrumpo algo
-No no te preocupes, solo tráeme lo de siempre y hoy tengo mucha hambre tal vez tenga que ser doble.
El mozo sonrió, los miro a los dos, con cara de pícaro, el seguía estuporoso, ella lo miro y paso su mano frente a sus ojos.
-Baja de la nube que te pasa
-No nada, solo me sorprendiste; y como cambiando de tema le dijo- y mi regalo donde está , que es un auto, una casa , otra guitarra.
-Mmmmm creo que no, dijo ella mientras tomaba la carpe gruesa que estaba encima de la mesa, -es esto
La gente empezó a llegar, el resto de la banda la saludo, mientras el pasaba sus ojos por la primera página, en la que decía:
"Te debo muchas cosas, nunca fui de las personas que piden ayuda, pensé siempre que era fuerte, y que podría superar todo sola, pero no fue así, me rescataste te debo mucho y me es imposible devolverte lo que me has dado, puedo sonreír de nuevo, puedo tocar el piano, volví a ser feliz; sé que tenes muchas preguntas, casi todas las respuestas están en esta carpeta, son las páginas de mi diario, las imprimí para que leyeras todo, hice un resumen de los años anteriores pero te deje el último año y medio tal cual lo escribí, no sé cómo decirte lo especial que te has vuelto en mi vida, y no creo que nada material que pueda comprar alcance para recompensarte, gracias de nuevo una y mil veces
Azul
PS: Te escribí una canción, la voy a tocar más tarde gracias de nuevo, después de leer todo las próximas veces que cenemos te prometo ir respondiendo tus dudas de a poco”

El la miro, ella se ruborizo, bajo los ojos como para no ver los de él, él le levanto la mejilla y sin pensarlo le dio un profundo beso en los labios



Azul(clave de sol)
Casi parece un Cliché que ella se llamara así, pero la verdad es que su madre una maestra de escuela viuda joven que nunca se volvió a casar, extrañaba tanto a su único amor que solo quería que su hija la que nunca conoció a su padre porque este falleció cuando su mujer tenía 8 meses de embarazo en un accidente de auto , tuviera los mismas ojos azules del mismo, cuando la niña nació y con los días sus ojos seguían marrones su madre cambio la idea que tenia de nombrarla como su bisabuela y le puso Azul, para ella aquella historia aparte de trágica era patética, odiaba que su madre la contara como la gran historia de amor. Fue al mejor colegio que había en la ciudad, rodeada de gente poderosa y con mucho dinero, ya que su madre enseñaba allí, lo conoció a "él" como lo nombraba, el primer día que piso el jardín de infantes y desde ese día no se separaron, lo conocía tanto que podía saber hasta cuando le mentía antes ni que él se diera cuenta que estaba por hacerlo, Lucas era impredecible, alegre, espontaneo hacia que ella siempre sonriera y la colmaba de regalos, tenía la loca idea que iba a estudiar música cuando terminara el colegio, pero la verdad es que su familia esperaba de él que fuera un gran abogado, nunca vieron con buenos ojos la relación con Azul ya que ella no tenía relaciones ni dinero, pero la niña era tan agradable que no podían ponerle muchas objeciones sin parecer realmente snobs, al llegar la época de ir a la universidad Azul opto por ir a bellas artes , dibujaba y pintaba desde muy niña y no le fue difícil encontrar trabajo como profesora en el mismo colegio del que salió, la música había sido algo que ella y Lucas compartían, tanto que él le exigió a sus padres que la profesora de piano le diera clases a ella también  osino el no estudiaría, Lucas sucumbió a las exigencias de sus padres y la facultad de derecho le tomaba tiempo más con su pasantía por la firma de su padre, él y Azul pasaban cada vez menos tiempo libre y eran pocos los que no lo hacían en compañía de los nuevos amigos con sofisticados apellidos de Lucas.
Esa noche en particular el había buscado un sitio nuevo y lindo sabía que a ella le gustaría, abría música, nadie que el conociera estaría allí y la conversación que tenían pendiente de casi 15 días atrás cuando el por fin decidió mencionarle que se iba  a seguir estudiando a EEUU , seria  suavizada con ese lugar, Pero aunque llena de esperanzas Azul en el fondo sabía que eso terminaría así, que el le daría esa noche un regalo , que le prometería no olvidarla, escribirle , contactarse, que sería encantador como siempre pero que apenas estuviera asentado todo eso se olvidaría.
Nada fue muy diferente a lo que ella esperaba, las cartas, los mail , las llamadas iba disminuyendo y después de un mes casi ni existían , llamo para su cumpleaños, y después silencio, entonces ella empezó a frecuentar aquel lugar, se sentaba siempre en la misma mesa , pensando en toda la vida que se había imaginado junto a él , de lo fácil que le fue olvidarla, y ella ahí como una Penélope desprotegida, pero una noche  la tomaron desconcentrada con la guardia baja, no quería discutir, y menos cuando escucho que se había dado cuenta lo del piano, cuando la invito a subir, y aun más cuando le dijo que no la dejaría sola en ese momento, la desconfianza de ser un desconocido se fue diluyendo .
Miles , era simpático , agradable, escucharlo hablar tanto de sus viajes, de sus novias y sobre todo  de la ridícula historia de cómo sus padres le pusieron el nombre, la hacía sentir menos insegura sobre las cosas que decía la suya .  Solía arreglar su largo cabello castaño de más cuando sabía que comería con él, sus pestañas empezaron inconscientemente a moverse cada vez que el tocaba y ella lo miraba, su figura desgarbada, empezó a tener un poco más de curvas con todo lo que él le exigía que comiera y así las cosas de apoco fueron siendo más llevaderas y la idea que Lucas regresara ya no era algo imprescindible.
Miles(Clave de sol)
Miles era de esas personas que la mayoría considera excéntricas, vivió toda su vida de un lado a otro, sus padres trabajaban de contratistas de una multinacional que construía caminos y el había generado una habilidad innata para llevarse bien con todo el mundo pero nunca echar raíces en un lugar, la música fue siempre parte importante de su vida, su madre estaba obsesionada con que el aprendiera a tocar algún instrumento, la guitarra parecía lo más fácil de movilizar aparte quien no quiere ser guitarrista de una banda de Rock and Roll, eso pensaba en su adolescencia, de apoco , como sin darse del todo cuenta el Blues y el Jazz se apoderaron de todas sus notas, recorrió muchas ciudades, llego a tocas en New Orleans en Paris y New York, pero había algo en esa ciudad tan pueblerina, tan fácil de vivir en ella, con gente tan agradable , donde había hecho los únicos verdaderos amigos en sus últimos años de secundaria, que luego de vagabundear por el mundo volvió a ella. Solía mirar al Rio que lo había cautivado y pensar que el mar era hermoso, pero nada se comparaba con ver correr un Rio, no le fue muy difícil conseguir trabajo, y menos con su curriculum, la mayoría pensaba que lo del nombre era solo de fantasía, pero la pregunta más insistente era porque llevaba los dos antebrazos tatuados con pentagramas sin notas, el solía sonreírles abiertamente, sus dientes perfectos se alineaban en una cálida sonrisa que no dejaba ver muy a menudo, subía una de sus negras y subidas cejas y con esos profundo y negros ojos  moviendo la cabeza con un gesto de negación , simplemente respondía - Estoy esperando las notas perfectas para ponerlas ahí.
Sentimentalmente nunca podía encontrar alguien que realmente lograra estimularlo, salió con miles de mujeres en los diferentes países en los que vivía por lo general con artistas, escultoras, pintoras, o profesoras de yoga, llego a salir con la hija de un embajador que solo pretendía que su padre la dejara en paz y lo uso de escusa.
Pero esa noche en la terraza, esos ojos marrones hundidos en el infinito y oscuro horizonte, esos dedos largos y blancos que bailaban inconscientes al ritmo de la música y esas lagrimas que de vez en cuando caía por sus mejilla, la cabellera larga y castaña, tan pero tan diferente su estampa a lo que fue, esa primera noche que la vio, ese resplandor , esa felicidad que irradiaba, esa falta de mesura para saborear la vida, esa forma de verlo a él sentado al piano y sonreír como colegiala, no fue difícil entender por qué se sentaba callada siempre en el mismo lugar siempre con los ojos perdidos , siempre triste y despojada de lo que fue, tal vez fue eso, tal vez fue su belleza discreta , o sus manos que parecían compartir su amor por la música  o simplemente la posibilidad de probarse a el mismo que podía llegar a ella destrozada y todo como se la veía, lo que hizo que esa noche le hablara por primera vez y desde allí todo fue diferente

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