Te fundiste entre mis manos
para convertirte en poema.
Me dictaste desde tu lecho
las palabras que se encienden
entre versos explicitos
y amorosas citas
Te llevaste retazos de mi alma
para dejarme secretos
Me prometiste mentiras
con la dulzura melodica
que suena en las mejores rimas
y canciones que supiste plagiar.
Te convertiste en mi musa
para apoderarte de mi
y aqui me tienes pensandote
escribiendote, despidiendome
al reencontrarte en otros versos
El arte... es mi razón, mi brújula, el solitario y estoico Faro que ilumina mi camino, la canción que suena en la Radio desde los suaves acordes de Drexler y las lágrimas que corren por mi mejilla al tratar una vez más de agradecerle; a esta Quimera fantástica, a mi vivir, a mi amar, a mi decir, a mi libertad pura y pacifica ondeante en el viento, un simple tributo a aquello gracias a lo que vivo y de lo que nunca pensé vivir.
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