cotidianas teclas se alteraron
por las constantes gotas de lluvia
que cantaba en el fondo de mi subconsciente,
siguiendo le ritmo de la guitarra de george
con aires de la india y sublime lírica.
cerré los ojos, deje que mis manos recorrieran el teclado
como lo hacen de ves en cuando
encontrando el escape
recogiendo señales traidas por el viento
susurrando respuestas sobre el río que correo
comunicando le lo que el ya sabe.
el aroma a café lo traía desde mis recuerdo
y un te de cardamomo, canela, clavo de olor
y gengibre deleitaba mis papilas
fue cuando como lo hace siempre
sacando de su galera un conejo
apareció derrepente regalándome
palabras hermosas, compartiendo conmigo
ese secreto jardín de magnolias y rosas.
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